domingo, 10 de enero de 2010

Historias para no dormir.



Cuando Jack se fue a dormir cogió a su compañera de sueños y la sintonizó hasta encontrar la cadena de radio donde predecían la muerte de los oyentes.
La dejó al lado de su mesita de noche junto con el libro que estaba a punto de devorar, tomó la postura adecuada para adormecer hasta que escuchó como el presentador del programa pronunciaba el nombre completo de Jack.
Salió sobresaltado de la cama sin poder pronunciar palabra por la mudez que le había dominado toda su vida.
Incrédulo se quedó unos segundos de pie intentando comprender como un objeto de apenas 8 cm estaba a punto de marcar la duración de su existencia.
La cogió furioso e intento esconder aquella emisora entre interferencias. Pero fue inútil.
Justo en el momento en que reaccionó para cambiar de canal dictaron el día de su muerte.
Aunque lo más sorprendente de todo era que la fecha pertenecía al calendario de cinco años atrás...

martes, 22 de diciembre de 2009

El robo de una vida.



Hoy he hecho mi primer viaje sin maleta a la vida de un desconocido.
He viajado con un billete de ida que me he encontrado en la acera de la calle, plateado y brillante, repleto de letras de lenguas muertas.
En el trayecto, me he sentado al lado de la ventana para poder disfrutar de las vistas, pero sorprendentemente no habia paisaje, todo estaba en blanco.
Unos minutos después el revisor ha pasado por mi derecha, y mientras comprobaba mi billete le he preguntado:
-Perdone, ¿por qué no se ve nada a través de la ventana?
-Señorita, usted está viajando hacia la vida de un feto, no puede ver nada porque él todavía no ha vivido.
De repente la cara del revisor se ha vuelto de un rojo intenso. Furioso ha arrugado el billete que le habia dado con la palma de la mano y me ha dicho:
-Este billete no es suyo. ¡Lo ha robado!
-¡No es cierto. Me lo he encontrado en el suelo y no queria echarlo a perder!
Nervioso, el revisor se ha llevado la mano izquierda a la frente diciendo:
-No lo entiende.
-¿Qué tengo que entender?
-Usted, sin darse cuenta, está practicando un aborto.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

Viaje al futuro.



Cuando he entrado en el autobús de las 14:21 p.m. me he sentado al lado del hombre que me atropellará con su coche opel negro dentro de nueve años.
Justo enfrente, una mujer llevaba entre sus manos un libro que hará que su futuro hijo bastardo descubra a los quince años de edad la magia de la poesía.
A su derecha, un hombre con bigote escuchaba la canción que sonará en la radio cuando la pareja de enfrente firmen su separación.
Y antes de bajarme, el niño que estudiará notaría de mayor y firmará la escritura de mi siguiente casa, me ha preguntado la hora.
Aunque desconozco con quién me cruzaré mañana.


lunes, 14 de diciembre de 2009

Tic-



Hoy el tiempo de años atrás me ha dicho que no le recuerde nunca jamás.
Que deje de manejar sus agujas a mi antojo, girándolas desesperadamente de izquierda a derecha sin rumbo fijo, sin razón, sin consciencia.
Que no manipule sus momentos creando partos a diario para hacer nacer lágrimas saladas en mis ojos,o incluso, que evite secar las que ya murieron.Basta de infectar mi vida con la muerte de las horas, sus hijos y nietos, pequeños minutos e insignificantes segundos.
Ya se hizo el funeral a la felicidad pasada, aunque no se guardo silencio por ella.

Blanco invierno


Muerta de frío me he sentado en el banco más helado del parque donde reposaba mi querido sonámbulo. Ambos hemos hecho compañía al viento ivernal que circulaba solitario por las carreteras de nuestras ropas, penetrando en cada rincón de nuestra piel...titiritando.
Poco a poco ha empezado a balbucear cuando recorría los pasillos de su cuarto sueño, por lo que he tenido que abrazarle bien fuerte con miedo a despertarlo, ya que siempre se ha dicho que si esto ocurre puede que el sonámbulo adopte un comportamiento agresivo.
Hemos permanecido unidos catorce minutos y veintitres segundos, hasta que se ha despertado deshorientado, ha fijado sus ojos azules verdosos en los míos y me ha dicho: feliz navidad.
Se ha levantado y ha desaparecido entre el cierzo nocturno.
Me ha parecido extraño echarle de menos, ya que lo he vigilado cada noche a través de mi ventana desde que me mudé aquí, aunque lo más extraño de todo es que no sea consciente de que acude al banco cada noche reposando en la manta de nieve.