Cuando Jack se fue a dormir cogió a su compañera de sueños y la sintonizó hasta encontrar la cadena de radio donde predecían la muerte de los oyentes.
La dejó al lado de su mesita de noche junto con el libro que estaba a punto de devorar, tomó la postura adecuada para adormecer hasta que escuchó como el presentador del programa pronunciaba el nombre completo de Jack.
Salió sobresaltado de la cama sin poder pronunciar palabra por la mudez que le había dominado toda su vida.
Incrédulo se quedó unos segundos de pie intentando comprender como un objeto de apenas 8 cm estaba a punto de marcar la duración de su existencia.
La cogió furioso e intento esconder aquella emisora entre interferencias. Pero fue inútil.
Justo en el momento en que reaccionó para cambiar de canal dictaron el día de su muerte.
Aunque lo más sorprendente de todo era que la fecha pertenecía al calendario de cinco años atrás...